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Bar Dop

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En esta ocasión no vamos a hablar de un restaurante donde ir a deleitarnos con una buena comida o cena, y es que como dijo uno, no sólo de pan vive el hombre y la mujer. En esta ocasión vamos a hablar de un bar que ha abierto sus puertas recientemente en la calle Reyes Católicos 18 de Donosti, el Bar Drop

Se trata de un bar alargado, con una decoración muy rudimentaria en la que se incluyen palés y bastidores de madera de bobinas de cable, como mesas. Dispone de una barra de bar muy pequeña, pero en la que se encuentran 19 cañeros de cerveza. También dispone de muchas referencias en botella. 

Una gran variedad de cerveza artesana, cerveza de calidad, cervezas y estilos raros de encontrar en Donosti y barriles rotatorios es lo que podemos encontrarnos en el Bar Drop. 
La cerveza artesana está tomando un gran protagonismo en estos días que corren, y bares como este, Mala Gissona, Bar Desy, Auñamendi, y otros que todavía no he descubierto pero lo haré, están acercándonos este producto que hace unos años era muy difícil de ver en Donosti, o tenía unos precios desorbitados. 

En el Bar Drop nos ofrecen, como ya hemos comentado, 19 cañeros de diferente de cerveza, y tres formatos de vaso diferente. El zurito que suele rondar los 2,5-3€, la caña que suele rondar los 4,5-5€ y la pinta que ronda los 6,5-7€. Todo dependiendo de la cerveza que sea, el estilo, y lo difícil de encontrar que sea. 

Los barriles rotatorios se van anunciando en dos pizarras enormes que se encuentran en el interior del bar, con el nombre, la procedencia de la cerveza, graduación alcoholica y el precio de cada vaso. 
A parte de estos 19 cañeros también disponen de gran cantidad de referencias en botella, como ya hemos comentado, pero se echa en falta una carta con la misma información que ofrecen en las pizarras. 

No sirven nada para comer, ni siquiera de picoteo. Es un poco faena, ya que se encuentra en el centro de Donosti, en una zona muy turista y todos los bares de alrededor que ofrecen comidas o cenas, son muy para turista. Ya sabemos todos lo que eso quiere decir $$$. 

En resumen, un bar indispensable para cualquier amante de la cerveza, con precios comprensibles y gran variedad y novedades siempre cambiantes de cerveza. 

Bar Factory restaurante 

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En esta ocasión nos dirigimos al Donostiarra barrio de Eguia, en la calle Duque de Mandas número 49, en la esquina del parque Cristinaenea, frente al edificio tabacalera. 

Aquí nos encontramos el Bar Restaurante Factory, un sencillo bar, con una decoración sencilla y agradable. A la entrada, a mano izquierda se encuentra la barra del bar, por las mañanas llena de diversos pintxos, y a mano derecha unas mesas, ideales para tomar un café mañanero con su correspondiente pintxo. 

Dejando el espacio reservado para el bar atrás, nos encontramos con el comedor del restaurante. Un espacio considerablemente grande, dispuesto en forma de «L» donde se ubican las mesas, eso sí, con unos incómodos bancos con respaldo recto para comer, en los cuales a la media hora de estar sentado no sabes qué postura coger. 

Por las mañanas ofertan desayunos completos a precios más que razonables, unos 3€ café, zumo natural y bollería, o unos 2-2,20€ café y pintxo de tortilla. 

Para los mediodías el menú que se oferta ronda los 11€, con tres primeros y tres segundos platos a elegir, postre y café. Las raciones no destacan por su cantidad, pero sí por su calidad. 

Con una presentación bien cuidada, buen trato por parte de los camareros, un precio muy asequible tanto para desayunos como para menú del día y una elegante variedad de postres, bastantes caseros, hay que reconocer que el Bar Restaurante Factory es un lugar a tener en cuenta, y que desde este pequeño espacio recomendamos visitar y probar, si lo tienen ese día, su arroz negro. 

Xera Gastroteka

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En esta ocasión volvemos a salir de Donosti para acercarnos de nuevo a Errenteria. Ya tenemos alguna entrada sobre locales de «Rente», pero, es que este pueblo, en los últimos años, está viviendo una regeneración en cuanto a restaurantes se refiere. Así como hace unos años en esta localidad se apostaba por la noche, parece que las tornas han cambiado y jóvenes emprendedores se han lanzado a abrir restaurantes de mayor o menor calidad. 

Es el caso que nos ocupa hoy. Situado en la plaza Xabier Olaskoaga, más conocida como la plaza Niessen, ya que aquí se ubicaba la ya extinta fábrica, nos encontramos con la Gastroteka Xera. Este amplio bar está dividido en dos ambientes. Por un lado, nada más entrar nos encontramos la barra precedida por dos altas mesas con taburetes. Y por otro lado en la parte trasera de la entrada nos encontramos mesas preparadas para comer o cenar. Destacar el curioso dato de que entre todas las mesas no encontraras dos sillas iguales.  

   

Esta división, es muy acertada, ya que permite una curiosa comunión entre las personas que toman el café de la tarde sentadas tranquilamente, y las personas que potean y se comen un pintxo en la barra. 

Te habrás dado cuenta que en el nombre del bar, encontramos la palabra Gastroteka, y eso es debido a que le dan una cierta importancia a la comida. 

Comenzamos con los pintxos. Muy elaborados estos y de un tamaño elegante. Combinan los pintxos tradicionales con la cocina moderna, y una cuidada presentación. Así mismo, disponen de una variada carta de raciones, donde se pueden degustar grandes platos de cocina en un tamaño reducido. 

  
Destacar que no solo le dan importancia a la comida, sino también a la bebida, y por esa razón podemos encontrar la cerveza y el vino del mes. Esto no es otra cosa que un buen vino y una buena cerveza diferente cada mes, pero le da ese toque innovador, y ese punto de «a ver qué hay este mes» que te hace volver. 

El Xera Gastroteka no se ciñe únicamente a servir en barra, sino que aprovecha las mesas de la parte trasera del bar ofertando menús para comer y cenar. Tal como los pintxos y las raciones, en los menús, la comida es muy elaborada y de mucha calidad. También mencionar que el precio es bastante económico, valorándolo dentro de la cocina elaborada, unos 20€ por persona. 

Lo que se echa de menos, y es el único defecto que podemos sacar, es un poco más de cantidad en las raciones del menú. No es de recibo que en un plato de arroz, con una cuidada elaboración y presentación, no llegue a las 4 cucharadas. Es una pena. 

Antes de terminar este artículo, no podemos olvidarnos de mencionar de un detalle que nos enamora. Una mesa para 10-12 comensales en un reservado, el cual mediante reserva previa, garantiza intimidad para una comida o cena de empresa o de cuadrilla. 

  
Y cuando se acaban las cenas…

El local se transforma en un bar nocturno. Oscuro, con música alta, DJs tocando… Pero eso ya es otra historia. 

Resumiendo, un restaurante elegante y de categoría, con un claro aspecto a mejorar. 

Mala Gissona 

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Este blog nació con la idea de hablar de lugares donde comer o cenar, y aunque aún no cumple con tales requisitos, sí que lo harán dentro de unos meses, así que me he permitido el lujo de hablaros sobre la LA PRIMERA CRAFT BEER de Donosti!!!

Mala Gissona es una cerveza ubicada en el pueblo de Oiartzun relativamente joven, más o menos un año, pero sus dos creadores tienen dilatada experiencia en el sector de la cerveza artesana habiendo trabajado en varias en el extranjero. 

Mala Gissona recoge el espíritu de los antiguos balleneros vascos en sus largas campañas en el Atlántico Norte. Con ese lema se han lanzado al mercado, al principio con cuatro estilos y este año con un quinto:

  • Nao: Pale ale
  • Apatxe: American pale ale
  • Shackeltown: IPA
  • Hönf: Porter
  • Django: Blanche

No voy a entrar en descripciones de cada cerveza, lo primero por qué no es el lugar y lo segundo por qué su página web es muy completa, y el copiar pegar no me va. 

  

Entonces a lo nuestro. El bar se encuentra en la calle Zabaleta número 53, en el barrio de Gros. Es un amplio bar, con una cuidada decoración en madera y con techos muy altos. 

  

Según se entra en el bar encontramos a la izquierda la barra con diez cañeros, cinco fijos para sus cervezas propias, y cinco rotatorios (que únicamente estaban en uso 3 el día que fuimos, pero tiempo al tiempo).

   

 

A la izquierda una cuántas mesas para sentarte a disfrutar de muy buenas cervezas. Entre la barra y las mesas hay espacio más que suficiente para quedarse de pie, si las mesas están llenas. 

 

Y al fondo junto a los bares un detalle muy bonito. Junto a los sevicios, una cristalera que muestra los barriles que están en uso. 

La apuesta de Mala Gissona es claramente por la cerveza de calidad, y muestra de ello es que además de los cañeros fijos y rotatorios, podemos encontrar unas 70 cervezas en botella, con mucha variedad de estilos, incluso alguna rara de conseguir. 

  

Por la parte económica nos llevamos una grata sorpresa, ya que los precios son bastante asequibles. Vamos que con lo único que nos quedamos con pena fue que aunque está montada, no está operativa la cocina. Aunque como hemos comentado al principio, en breve estaremos cenando. 

Auñamendi 

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Una vez más desde este espacio nos dirigimos por recomendación del compañero blogero infobirras a un nuevo bar donde poder sentarnos y cenar en condiciones pero sin olvidar el bolsillo. 

En este caso nos dirigimos al barrio del Antiguo, en la calle Manuel Lekuona número 9, sí, justo en frente de la oficina de tráfico, donde nos encontramos con el bar Auñamendi. Antes de entrar nos sorprende la gran terraza de la que disponen, donde se encuentra gente tanto tomando una cerveza como cenando (por la hora a la que fuimos). 

Al entrar, como ya íbamos informados por el artículo de infobirras no fue sorpresa, pero sí que impacta ver en un bar de Donosti 3 cañeros de cerveza artesana. Y más aún cuando al fijarte te das cuenta que los 3 son nacionales. ¡Una gran apuesta!

Hablando con los camareros y cocineros nos dimos cuenta que el trato humano es inmejorable. Ellos entre risas y chistes nos contaron que no llevan mucho tiempo apostando por la cerveza artesana, pero que creen en ella y de hay su apuesta. 3 cañeros rotatorios. 

Hablando y hablando nos entró hambre y como habíamos ido a cenar, con mucha pena dejamos de lado los elaborados pintxos de había en la barra para decidirnos por hamburguesas y alguna ración para compartir. 

¡Y que hamburguesas!

Recomendables 100%. No voy a detallar más, de esa manera al lector le entrará curiosidad y no dudará en pedirlas. Únicamente comentar que no se encuentran estas hamburguesas en cualquier lugar. 

Yo la verdad que no soy muy de postres y por ello me deslicé con mucho sigilo al fondo izquierdo de la barra donde desde el principio tenía echado el ojo a una nevera acristalada llena de cerveza artesana, y como no nacional y en botella. En un lugar donde se ve que aman la cerveza, qué menos que una Imperial Stout de postre. 

Que yo no sea de postres no significa que los demás no lo sean, y por ello tuve la oportunidad de probar tres postres caseros que nos maravillaron. Destacar el pastel de zanahorias, que fue sin dudas el que más nos gustó a todos. Una pena que no quisieran compartir la receta, pero un motivo más para volver. 

En definitiva, un bar donde el trato es inmejorable, la comida casera, deliciosa e innovadora, y apuestan por cervezas artesanas de este país. Un bar de visita obligada. 

¡Seguid así chavales!!

Bar Desy

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En esta nueva entrada, y gracias al comentario de un compañero blogero, el cual nos puso los dientes muy largos y con muchas ganas de visitar, nos dirigimos al barrio de Gros, en Donostia.

Allí nos encontramos con el bar Desy, ubicado en la calle Ronda número 4. No es una calle muy transitada y el bar pasa bastante desapercibido si no fuera por un enorme cartel en la parte superior de la puerta de entrada con el nombre del establecimiento. Al acceder al interior, la primera impresión es de un bar muy pequeño pero encantador, con una pequeña barra de madera llena de pintxos y raciones.

Nada más entrar un muy amable camarero, Gorka, te atiende y da conversación, y en seguida te hace sentir como de la familia. Es una gozada la atención y el conocimiento de Gorka sobre las cervezas artesanas o de calidad. Él mismo te pregunta que estilo te gusta y va sacando una tras otra cervezas con mucha calidad, tanto en botella de cristal como en lata.

¿Y para comer qué quieren? Gorka, tu saca!!

Madre mia, y bien que nos sacó!! Con cada cerveza una ración, o en ocasiones dos. Todo con una calidad y un bien hacer increíble. Sentados en la galería contigua en una pequeña mesa de dos, terminamos con el estomago bien lleno y con unas cuantas latas y botellas vacías sobre la mesa.

Variedad, calidad y cantidad en la carta, variedad y calidad en la bebida y un trato personal que te hace sentir como de la familia hacen del bar Desy un lugar de obligada parada para quien le guste disfrutar de una cena informal a base de pinchos y raciones.

Or konpon 

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No tenía pensado, cuando comencé con el blog alejarme tanto de Donostia, pero hoy por lo menos, voy a hacer una excepción, ya que este bar bien merece la mención. 

Ubicado en la localidad de Villabona, en Calle Nueva número 54, encontramos este pequeño bar, el cual al entrar encontramos la barra a mano izquierda, y un diminuto comedor de 6 mesas al fondo, el cual podría dar de comer a unas 24 personas. 

Al sentarte en la mesa te ofrecen una carta encuadernada que da buena impresión. Disponen de bocadillos y platos combinados. En nuestro caso nos decantamos por platos combinados, que en la carta tienen buena pinta. Nada del otro mundo, unos platos combinados normales con lomo, filete o pechuga de pollo acompañado de croquetas, ensalada, o huevos y patatas. Algo sencillo de hacer y por unos 8 o 9 euros. 

Cual es nuestra sorpresa cuando nos ponen sobre la mesa un plato que no hay por donde cogerlo. El «filete» de unos 6 centímetros de largo y hecho en la freidora. Al escalope le faltaba el pan rayado. Los huevos rezumaban aceite por todos lados. Las patatas pasadas de freidura y sin sal. «En vez de croquetas que no nos quedan te hemos puesto unas rabas» nos dice la camarera. Unas? Sí, 5 rabas son «unas» rabas. 

Aquí se puede observar la cuidada presentación de los platos:

   
 La excusa, «es que es lo que nos quedaba en la cocina». Madre mía. ¿No será mejor avisar de antemano al cliente y que éste elija? Si me dicen que les queda 6 centímetros de filete, le pido lomo. 

No había visto semejante tristeza en unos platos combinados en toda mi vida. Por lo menos ante nuestras caras de decepción, la camarera, que no tenía culpa ninguna, le ha dado vergüenza y nos ha descontado 2 euros por plato en la factura. Estoy convencido que ella misma se hubiera quejado si fuera la clienta. 

En resumen, no se si se han cruzado los astros o es que no ofrecen nada mejor. Cierto es que en el exterior se lee «Se busca cocinera responsable». Quizá al encontrar a esa cocinera responsable, la cosa cambie. Yo por lo menos ya le he dado mi oportunidad, y el resultado ha sido nefasto. 

Dudo mucho que vuelva. 

Bidebide 

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En esta ocasión el ímpetu por probar nuevos sitios nos lleva hasta el centro de Donosti, en la calle Legazpi, entre la plaza Gipuzkoa y el Boulebar, donde nos hemos encontrado con el bar restaurante Bidebide

Al entrar encontramos un bar alargado con mesas donde poder sentarse a tomar un café, barra a la izquierda y al fondo un comedor donde poder comer. 

El horario de apertura es de 8:30 a 23:30, y durante ese horario la cocina permanece abierta. La oferta de comidas es bastante amplia ofreciendo bocatas, raciones y platos combinados a un precio bastante razonable. 

El trato con las camareras tanto en barra como en el comedor es muy agradable, haciendo de este establecimiento un lugar acogedor donde poder tanto tomar una cerveza en la barra, como comer con familia o amigos. 

Si hubiera que sacar un fallo, mencionaríamos el limitado horario de cenas, ya que el cierre es a las 23:30 y si bien te dejan acabar de cenar, lógico, no es muy cómodo estar cenando después de la hora de cierre. 

Algo que destacar es que disponen de alguna, no mucha, cerveza especial, como la Punk IPA. 

En resumen, sitio agradable, buen trato, variedad en la carta y bien de precio. Recomendable para comidas con amigos o familias. Disponen de dos locales más en la calle Urbieta y en el Antiguo según su web, pero eso son deberes para el futuro, jeje. 

Gamón 14

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En esta nueva entrada nos vamos a la localidad vecina de Errenteria. En este pueblo podemos encontrar varios restaurantes, de categorías desde altas como el Mugaritz, pasando por las medias altas, con clase e historia como la sidrería Oarso, y cantidad de buenos restaurantes y bares asequibles, que son los que ocupan este espacio. 

En esta ocasión nos trasladamos hasta la calle Juan Ignacio Gamón, más conocida por La Alameda. Aquí nos encontramos con varios bares con terraza para tomar algo, que luego a la noche se transforman en bares de copas. Pero uno de ellos, hace un año cambió de dueños y apostaron por hacer algo diferente, algo que no había en Rentería. Un restaurante con clase, detallista y ¡¡¡económico!!! Gamón 14

Un restaurante mediano, en el que apuestan por una cocina selecta, con platos de presentación moderna y elaborada. Ofrecen en días de labor por 12€ un menú del día que cambia a diario y donde se tiene la oportunidad de degustar platos elaborados que poco tienen que envidiar a los de alta cocina. 

Los fines de semana ofrecen un menú especial por 22€ que en calidad es similar, si no mejor, al de entre semana pero incluye algún plato más. 

También dispone de una barra en la que ofrecen una pequeña varidad de pintxos, raciones, bocatas e incluso platos sueltos. 

Respecto al trato humano, relativamente bueno. Algún camarero no sonríe ni a palos, pero en general bueno. 

Por cierto, es muy recomendable reservar mesa, ya que suele llenarse. 

En resumen, se trata de un buen restaurante de tamaño relativamente pequeño en el que ofrecen una cocina diferente y elaborada, por un reducido precio. Ideal para comidas y cenas en las que se quiere dar una buena imagen, y con un precio moderado. 

La cueva del pollo

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Con esta entrada nos trasladamos a la parte vieja Donostiarra. Cerca del centro comercial La Bretxa, en la calle Euskal Herria número 2, nos encontramos con este histórico restaurante, La cueva del pollo. Digo histórico no por que lleve mucho tiempo, si no por que hubo una época no hace tanto, en la que se oía mucho hablar de el. 

Pero ahora el restaurante está de capa caída. 

La cueva del pollo ofrece servicio tanto de restaurante como servicio a domicilio. 

En el restaurante, a la entrada uno se encuentra con un mostrador y un horno enorme en el que a través de una cristalera se observa constantemente pollos asándose. A través de una estrecha escalera se baja al sótano donde los comedores simulan cuevas de piedra. La decoración es sencilla, pero también curiosa, ya que tienes la sensación de estar comiendo en una cueva escarbada en la piedra. 

Respecto al menú, que es a lo que se va a un restaurante, es bastante pobre. El pollo, que lógicamente es la estrella de la carta, de sabor no se puede poner pega, está muy bueno, pero la cantidad es muy pobre. Más que pollo parece por el tamaño que sirven codornices. Además tienen el feo detalle de ofertar medio pollo con patatas, pero el pollo entero no trae patatas.  Te ves en la obligación de pedir una ración de patatas. ¿Marquetin? En otra época las ensaladas también eran el buque insignia de esta casa, pero lamentablemente hoy no es así. En general la comida deja mucho que desear. 

Respecto al trato de los empleados, la verdad que no es muy agradable. Te sirven como si estuvieran haciéndote un favor. Entre un plato y otro, estando el restaurante prácticamente vacío, la espera es infernal. 

En general, la visita a la cueva del pollo no ha sido nada agradable. Es bonito, la comida está buena, pero ya. La cantidad no es ni de lejos suficiente y el trato deja mucho que desear. Y económicamente, te cobran igual que si hubieras llenado la barriga y te hubieran sonreído. 

Un restaurante que hace unos años era un lugar para ir a comer un fin de semana y quedar bien con alguien de fuera, por lo vistoso, hoy se ha convertido en un teléfono al que llamas en caso de apuro y te sirven en casa. 

Decepcionante.